Mi Top5 de piscinas de 2017
5. La piscina interior de La Mamounia. (Marzo) El número cinco podría haber sido el número uno. No lo es porque coronar cada año a la piscina de La Mamounia es como darle cada año a Meryl Streep todos los premios: justo pero previsible. La piscina exterior (enorme, social y entre palmeras) es deliciosa, pero la interior es aún más carismática en un lugar en el que todo lo es. Esta piscina aguanta el tiempo como ninguna; hasta aguanta las decenas de modelos, celebrities, instagrammers y peregrinos que van a bañarse y hacerse fotos en ella. Está muy por encima de esas pequeñeces. Aunque se viaje mucho y aunque se vean otras piscinas sigue siendo una belleza. Es romántica, tiene eso que llaman a sense of a place y está en mi hotel favorito del mundo entero.

- Palacio de los Medinilla. (Noviembre). Una rareza. Esta piscina está entre Palladio y Carolina del Sur, pero está en la provincia de Jaén. Tiene algo de absurdo, como muchas cosas bonitas. Solo existe para hacernos felices. Este palacio del siglo XVII es propiedad de una familia que te lo enseña si están en casa y tú estás paseando por Úbeda y llamas a la puerta. También puedes casarte allí, que es otra opción. Si tienes la suerte de conocerlo verás un lugar muy singular, lleno de imaginación y único en este país. Su piscina es coherente con el palacio: es ecléctica y caprichosa. Este ranking también lo es. Por eso está aquí. Finalista: Cape View Clifton, en Ciudad del Cabo.

- Mandarin Oriental de Marrakech. (Marzo). Se cuela en el ranking otra piscina marroquí. La deliberación (conmigo misma) ha sido dura y si lo merece lo merece. Está aquí derrotando a la de The Silo (Ciudad del Cabo) y a la mismísima piscina de la Complutense, con la que tengo una relación emocional importante. La piscina negra del MO Marrakech fue, para empezar, mi piscina. Es la piscina de la villa, mi (insisto) villa, en la que me alojé y en la que podría vivir sin grandes problemas. Está perfectamente diseñada, llena de rincones disfrutables, bien pensada y privada. Me gustan los extremos: las piscinas municipales y las que son solo mías. Finalista: una piscina privada en Jaraíz de la Vera .

- Les Sources de Caudalie-Bordeaux. (Septiembre)Llevaba tiempo queriendo ir a este lugar. Me gustó entero. Además lo vi con sol y con lluvia, con frío y con calor, de día y de noche. Un gran ejercicio de marca que se ríe de la ansiedad general de crear experiencias (un deseo para 2018: que no pronunciemos la palabrita de marras) creando auténticas sensaciones y futuros recuerdos. Madera, cristal y silencio.

1 Sâo Lorenço de Barrocal-Alentejo. (Julio) Nunca hubo la más mínima duda acerca de la ganadora absoluta. Esta es la mejor piscina de 2017. No es la más extravagante, tampoco infinita ni privada. Es una piscina de diseño convencional: rectangular, de tamaño medio y con tumbonas para tomar el sol. Pero, damas y caballeros: está en Sâo Lorenço de Barrocal. Cuando me sueltan ese clásico de “a ti no te impresiona ya nada”. Respondo o pienso: “sí, me impresiona mucho todo”. Es muy fácil impresionarme si me dan lo que me gusta: imaginación, épica, sencillez compleja, microemociones y microsorpresas. Barrocal es todo eso.

Esta piscina tiene una roca a un lado y dos sillas pequeñas en el otro, frente a una pared encalada. Tiene campo, excesivo, alrededor. Esta piscina me recuerda días de calor, vacaciones y amigas. Se llega hasta ella por un camino de piedras, unas grandes y otras pequeñas.

Mi año en piscinas.
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