Chicalista

La vida es un caos. Necesita listas.

Once cosas que aprendí el pasado fin de semana en Paris sobre Hermès y Paris

1. El Grand Palais fue concebido para competiciones ecuestres. Llevaba medio siglo dedicado a otras tareas hasta que llegó Hermès y lo reivindicó. Ahora, y desde hace cinco años, bajo su cubierta de acero y cristal, se celebra el Saut Hermés. El mundo no está preparado para tanta belleza. Los parisinos, sí.

Imagen: Hermès.

2. Phillippe Dumas es una gloria nacional para muchos niños adultos. Él ha escrito e ilustrado algunos de los cuentos infantiles que han leído un par de generaciones. Mucha gente desconoce que es parte de la familia Hermès.

3. Las sillas de montar de Hermès las realiza un solo artesano de principio a fin. Esta misma persona será la encargada de restaurarla de por vida. Esas son las condiciones para jinete y para artesano, que terminan teniendo una relación eterna.

4. Al Saut Hermès puede asistir cualquiera. Cualquiera que esté al tanto de cuando salen a la venta las entradas y las compre.

5. Bartabas es el fundador de la Escuela Ecuestre de Versalles y otra especie de gloria nacional. He aprendido que Versalles tiene una escuela ecuestre y un director con un nombre imposible de olvidar. Estos caballos y estos jinetes entrenan para sus espectáculos en los establos de Versalles. En la fotografía no se aprecia la velocidad a la que montaban las jinetes. Sin manos.

Imagen: Hermès.

6. Se puede integrar la tecnología en el mundo del lujo sin que resulte oportunista o barato. Miremos esta fotografía del Social Wall del Saut Hermès.

7. Hermès cuenta con un comité de color para sus pañuelos. El color es siempre, en esta casa, imprevisible e imaginativo. No sólo en los pañuelos, también en los zapatos y en estampados como el Equateur, uno de los más representativos. Las portadas de su colección de minilibros también demuestra que para saber mezclar así colores hay que llevar muchas décadas jugando con ellos.

8. La tienda de Les Arts Décoratifs, 107Rivoli, sigue siendo un imprescindible. Aunque vayas mil veces, aunque solo compres una postal o una bandeja de Hay. Siempre nos pensamos si llevar en el avión el catálogo de la exposición en curso. Esta duda es un clásico de las escapadas parisinas Paris

9. La terraza de la tienda de Hermès de la tienda del número 24 del Faubourg Saint-Honoré tiene un jardín. Y ese jardín lleva siendo cuidado, por la misma persona, desde hace veinte años. Chapeau.

10. Hermès tiene un doble vaso. Un vaso que puede ser usado por los dos lados. Tan simple como deseable.

11. Le Bristol, uno de mis hoteles favoritos del mundo, tiene su propio libro. Se llama Le Bristol, a Miscellany y lo deja en cada habitación como regalo. Está escrito en forma de miscelánea y cuenta historias como la siguiente. Durante la construcción del hotel, Hyppolyte Jammet trajo a su familia a vivir a la habitación 101 mientras terminaba su gran proyecto. Su hijo recién nacido dormía en un cajón que hacía las veces de cuna. Ese bebé era Pierre Jammet y 39 años después se convirtió en director del hotel.

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Esta entrada fue publicada el marzo 21, 2014 por en Lifestyles.
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