Cinco cosas que he hecho, por primera vez, en verano de 2013
1. Dormir en un hotel que está en lo más alto de Tripadvisor. Le Bristol está en el número 2 de 1795 hoteles de Paris. Le Bristol era un Santo Grial, una palomita en un check-list, una fantasía que Woody Allen se encargó de alimentar en Midnight in Paris. Yo soy muy de cumplir sueños
2. Escuchar a Chico Novarro cantar, al piano, su “Algo Contigo”. En video, de madrugada, bajo la luna. (Minuto 22,41). De acuerdo, los minutos anteriores son gloriosos también.
3. Pasar unos días en una clínica suiza. Odio, como la Humanidad entera las clínicas en general, pero he adorado ésta en particular. Lonhea es una clínica de salud. Allí todo y todos (quiroprácticos, cocineros, entrenadores personales, maestros de yoga y masajistas) se ponen de acuerdo para enseñar a vivir mejor. Todo lo que he aprendido debería ser suficiente para convertirme en una persona sana. Y si no lo logro, al menos he disfrutado en un lugar magníficamente decorado. Y eso, para mí, es pura salud mental.
4. Ir a un festival de música indie. Era virgen en el tema de las pulseras-salvoconducto, las monedas inventadas y los maratones de conciertos. Pero fui al Santa Teresa South Pop y me gustó mucho. Entendí esta forma de ocio: descubrí a bandas como Françoiz Breut, conocí a gente y comí un atún bastante inolvidable.
5. Tener una sobrina. Julieta nació en agosto. La petite Juliette come, llora, duerme, hace ruidos, ríe, pone caras. Con frecuencia, hace todo eso al mismo tiempo. Toda la bondad del Universo está concentrada en esa niña.
Chicalista 
Coincido del todo en lo de Julieta y me uno a la alegría, por la parte que me toca. Lo del Bristol, por desgracia, sigue en el país de los sueños.