1. El IPhone. Sí, con lo early adopter que soy en otros productos por ejemplo, cepillos de dientes, qué lenta soy en tecnología. Pero como también soy excesiva, en menos de cuatro meses he tenido el iPhone 4 y el 4S. ¿ Qué puedo decir que no sepáis ni entendáis? Ayy (suspiro de enamorada)…
2. The West Wing. En la categoría “Series” también soy lenta. Hago caso a pocas personas y, dependiendo de los libros que tenga junto a la cama, le dedico más o menos tiempo. Pero este año ha sido mítico. Han llegado a mi vida el presidente Bartlet y sus chicos. He hecho un Master en liderazgo, gestión de equipos, manejo de crisis, comunicación institucional, utopía, guión…. El tiempo que he dedicado a The West Wing ha sido de emoción total. Entiendo por qué el idioma inglés tiene adjetivos como mindblowing y grondbreaking. Ellos hacen ficción que te revienta la cabeza y que rompe todos los cimientos.
3. Decir que no. Ha costado casi cuarenta años, pero al fin lo he conseguido. No a trabajos demasiado alimenticios, y aquí me acuerdo de Alejandro de la Sota y su “pues se come menos!”. No a viajes que no quieres hacer, gente a la que no quieres ver, fiestas a las que no quieres ir, teléfonos que no quieres marcar, palabras que no quieres decir. Un puñado de “No” sutiles, envueltos en excusas, elegantemente hipócritas. A su lado, los “Sí” son más “Sí”.
4. La quiropráctica. Ha llegado para quedarse. Los quiroprácticos en general y Gonzalo Vidal en particular están aquí para que mi espalda se comporte, para que no me de sustos, para que nada roce mi sistema nervioso y para reconfirmarme que todo está conectado.
5. Nuevas revistas. Me gustan en la cocina, en el baño, en los pies de la cama, dentro del bolso, en el bolsillo de la maleta. Este año he descubierto maravillas como The Gentlewoman o Little White Lies. La revista en papel cobra fuerza como fetiche. Por supuesto que no van a morir. Ya me encargaré yo, y otros muchos, de que no ocurra. Los que dicen eso no han estado nunca al borde de una piscina, comentando el Hola! con amigos, mientras el agua del pelo mojado cae sobre una foto de Carolina de Mónaco.