Deyrolle: Una de las tiendas más alucinantes del mundo y, creedme, he visto muchas. Quizá os sabéis la historia: se quemó y acaban de reconstruirla. La noche del incendio, Rue du Bac se llenó de artistas como Sophie Calle o Nan Goldin y otra mucha gente alucinando ante lo que debió ser un espectáculo fantasmal. Podéis leerla aquí
Le Bon Marché. Si tengo un par de horas libres en Paris, tomo un taxi y me paro en La Grande Épicerie. Entro miro, toco, huelo, compro, me desmayo de placer y luego subo a la primera planta a ver vestidos y bailarinas y a soñar con ser una francesita sexy-chic que vive en una ciudad y una cultura en la que hay sitios para grandes almacenes como éste, en los que cada rincón es una sorpresa. Una sorpresa buena, claro.
Maria Luisa: Hay que dejar de perder tiempo en Colette, ese gran fraude, y volver a pasarlo aquí. Todas las palabrejas tipo zeitgeist o forward-thinking se aplican a este lugar.
La Hune: De rodillas, por favor: La Hune. Parte de mi imaginario está ahí concentrado: libros, Truffaut, A bout de souffle, escaleras…
Chanel. La de Rue Cambon, la de siempre. Justificarlo os ofende, queridos lectores.
Si ya tenía ganas de conocer Paris has conseguido que se multipliquen por 10.
Ahora el que no encuentra carretes Polaroid soy yo. Miraré en la calle Barceló a ver si tengo suerte.
Todavía no entiendo por qué han dejado de fabricarlos.
🙂
Querida Chica lista:
Preciosa tu selección.
Yo añadiría un puesto más:
Soy un degustador discreto de París, pero cuando la visito, sólo tengo un objetivo fijo: Mariage Frères de Rue des Grand-Augustins en la Rive Gauche.
Si amas el té, ese es tu lugar. La dedicación al té de la familia Mariage se remonta al reinado de Luis XIV, allá por el diecisite, aunque será a mediados del diecinueve cuando Édouard y Henry funden la primera tienda en París «qui porte leur nom et rapelle leurs liens» (para que practiques).
Con tiempo y con ganas se pueden oler hasta doscientos tipos de té. Los tenderos, atentos a tus deseos, te los acercarán al mostrador en los grandes «boites» de metal negro y con el clásico logotipo del negocio, que cubren las estantes del fondo.
Pero no sólo se compra té en Mariage Frères; el mezzanine de la casa nos reserva un delicado placer. Un pequeño y muy exclusivo salón de té y restaurante nos ofrece una carta llena de sugerentes aromas orientales, centrados todos en el té. El servicio, sencillamente insuperable, lo conforma un reducido grupo de jóvenes vestido de lino natural y de belleza sólo «trouvable» en París.
No hay vino, cerveza o cocacola: no hay más que té… No hay café o chocolate: no hay más que té…
Y al final del almuerzo o a la hora del té, un «chariot» de postres que nos transporta al cielo (al menos a los golosos como yo) remata gloriosamente nuestro paso por allí.
Bon appétit!
Totalmente de acuerdo, al menos en lo que se refiere a las que yo conozco: Chanel (31 Rue Cambon, bien sur) y Le Bon Marché. También de acuerdo en lo de Colette. No sé si es un fraude, pero a mí me defraudó. Demasiado «moderno» para mí.
La de los animales disecados me parece sencillamente alucinante. De otra época.
Nunca he estado, pero ya sé que no se me pasará la próxima vez que visite Paris.
Me dió mucha pena cuando oí lo del incendio, y supongo que ya no será igual, pero espero que todavía tenga ese aire fantástico que Lee McQueen tan bien supo representar en su último desfile.
Estoy de acuerdo contigo en lo de Bon Marché, simplemente es el gran almacén del que debían aprender todos los demás grandes almacenes del mundo.
A mí también me gusta L7. Y en general todas las tiendas de la rive gauche. ¿No piensas que todas las tiendas de antigüedades de la zona son las mejores y más bonitas que hayas visto jamás?
También me gustan mucho las grabdes boutiques de las grandes marcas. Pero es que en Paris, son otra cosa. Me encanta la de Sonia Rikiel, y la de Dries Van Notten en la orilla del Sena (camino de Saint Michel) es sencillamente preciosa.
También me gusta mucho la de Lanvin, pero porque los productos que venden ya son de por sí una obra maestra. ;-))
Y coincido en que María Luisa es de otra galaxia.
Besitos.
Iba a comentar que para completar esa lista sólo faltaba dónde descansar tras la tarde de compras. Pero Rafa G. conoce bien mi ciudad y se me ha adelantado. Nada mejor que Mariage Frères, unas veces en la Rive Gauche (para, aprovechar también la zona y visitar pequeñas galerías de arte) o la del Marais (y algunas tiendas de diseñadores por descubrir). Y ambos barrios son estupendos si queremos dedicarles el día y cenar sin cambiar de localización.
Tu post me ha inundado de nostalgia y morriña, pero me gusta.
Tu referencia a la «épicerie» de Le Bon Marché, me hizo recordar una mañana tonta, hace ya bastantes años, a la espera de una reunión con Alain Lombard (un gran director de orquesta) que vivía en Rue des Saints-Pères, en la Rive Gauche, muy cerca Rue de Sèvres, y que cobró un enorme realce cuando entré allí y me detuve en cada puesto y en cada sección, como si de un museo se tratase. Estuve varias horas paseando entre verduras, quesos, vinos, conservas, pescados y carnes; creo que tomé algún sandwich y un pastel, y cuando la hora llegó, me fui al encuentro profesional que tenía marcado.
La reunión fue todo un éxito, Monsieur Lombard llegó a ser un gran amigo mío y todo un Maestro del que aprendí muchísimo sobre las orquestas y su trabajo. Recuerdo que Dominique, Madame Lombard, nos ofreció té de Mariages y pastas de Le Bon Marché: todo estaba a la mano, dos calles más allá, a la vuelta de la esquina.
Uno, en París, y aunque no pase de ser una ficción de nuestro «yo», se siente en el centro del mundo, o al menos en el centro de ese mundo que está en el meollo de lo que llamaríamos la «grande culture». No creo que haya otra ciudad que mejor refleje el refinamiento occidental que, partiendo de los siglos XVII y XVIII, se desarrolló plenamente en el XIX y en parte del XX.
Probablemente, en el último siglo, otras ciudades han tomado la iniciativa económica y cultural, con mayor pujanza y poder: pero, en mi humilde opinión, sigue siendo París la depositaria de «nos désirs, les plus hauts», esos que no se cumplen, pero que mientras nos mueven, nos acercan al paladear la ambrosía de la dicha.
Hola!! Buen blog el tuyo el pásate por el mío, seguro que te gustará.
Saludos desde:
http://cinemaworldycomics.blogspot.com/
P.D.: Si te gusta, vótame en la categoría de Mejor blog de cine» a continuación:
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Muchas gracias
Muy cerquita de la Rue Cambon, en la Rue de Rivoli, yo no me resistiría a perderme la tienda que hay allí de Zara. Soy incorregible.
¿no hay mercadona en París? Me parece a mí que va a ser que no, pero es una pena porque tienen unas trufas, marca hacendado, que son finas, finas, finas y me rio yo de las trufas que puedan vender en esas tiendas tan refinadas de París. Besos guapa
He estado en París un par de veces y la verdad es que rabio al desconocer la existencia de Deyrolle, tiene una pinta realmente curiosa, es la primera vez que entro aquí y lo he encontrado gracias a 20 minutos, estoy mirando blogs en tu categoría y me he encontrado con el tuyo, el post de paul Newman me ha encantado, yo cuando murió también le dediqué uno, tengo el blog de deportes Cayecaturas pero como he trabajado en Cinemania hice una caricatura de Paul Newman que utilicé para hacerle un homenaje, felicidades por tu trabajo en el blog, espero que me visites.
saludos
http://www.cayecaturas.com/blog
blog de deportes
La caricatura de Paul Newman la encontrarás aquí (por si la quieres ver)
http://www.cayecaturas.com/blog/?cat=4
Muy interesante, cuando vuelva a París me llevaré tu lista conmigo. Impresionante lo de la primera tienda. Felicidades por el blog, está muy bien diseñado y tiene contenidos atractivos. Y, si tienes 20 segundos, pásate por mi blog y te lees alguno de mis mini relatos (http://www.hiperbreve.blogspot.com), es de la categoría de ficción y necesita un empujoncito final, así que si te queda algún voto y te gusta el blog, ya sabes, Hiperbreves S.A. Muchas gracias.
La familia Rufianes se siente más rastrera que cuando el Gobierno ocultó la crisis, pero se ve obligada a mendigar tu voto no por ganar el concurso, si no al menos para poder estar entre los tres finalistas y que el jurado valore su humor gráfico en vista a en un futuro poder salir en su periódico. Son así de vanidosos…
Si te gusta el blog y les votas, te darán las gracias. Si no, que ya sabemos que estas hasta lo cojon… de los spam, critícalos e insúltalos que eso les pone mucho. Y es que los trapos sucios se lavan en casa , o lo que es lo mismo, dirty clothes clean at home 😉
http://www.dirtyclothescleanathome.blogspot.com/
interesante. un abrazo.
Hola,
Coincido contigo en tu apreciación de Colette. Desde la primera vez que entré allí me di cuenta de que no era más que una tienda de souvenirs de Modernidad para fashionistas y wannabes. Y el hecho de que todo provinciano trendy lo adore con absoluta reverencia, es la prueba de que debemos explorar otros caminos menos obvios.
Enhorabuena por tu fabuloso blog.
hola como estas esta muy bueno tu blog!
Ay qué maravilla que yo también soy de las que entran en Le Bon Marché y pierdo noción del tiempo. Olvido los monumentos de París, sus museos y calles para sumergirme en un mar de perchas y objetos maravillosos que me impiden ver la luz exterior pero que me hacen igualmente feliz.
De hecho las últimas veces que he ido apenas he salido del 7º. Terrible esto, pero cierto y muy cómodo para mis pies
Beso enorme
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